Glaucoma
El glaucoma es el daño que se produce al nervio óptico cuando hay un exceso de presión ocular (causa principal), normalmente más allá de los 21 mm mercurio. Esta enfermedad tiene lamentablemente pocas manifestaciones iniciales y el paciente pude tener presión ocular elevada y no darse cuenta. Esta afección se maneja inicialmente con medicación local en gotas y en algunos casos si esto no se logra existe la posibilidad de realizar algún tipo de intervención quirúrgica y corregir esta enfermedad.
Para comprender qué es el glaucoma, conviene entender cómo funciona el ojo. El ojo fabrica un líquido en forma constante llamado humor acuoso. El humor acuoso circula dentro del ojo desde la cámara posterior a la cámara anterior, y sale del ojo a través de una serie de canales que forman una malla, llamado malla trabecular.
Esta malla trabecular se ubica en una zona del ojo llamada ángulo camerular o, simplemente ángulo.
Habitualmente existe un balance entre la producción y la salida del humor acuoso de forma tal de mantener la forma y la función del ojo. Cuando el humor acuoso no puede salir del ojo, la presión intraocular (PIO) aumenta, lo que puede llevar al desarrollo del glaucoma.
Si, las variantes de esta enfermedad son las siguientes:
Glaucoma primario de ángulo abierto
Es el tipo de glaucoma más común. No tiene síntomas, es decir, no duele, no pica, no molesta. El nervio óptico se daña gradualmente lo que es acompañado por una pérdida en el campo visual, que comienza generalmente por la visión periférica. Si el glaucoma no es controlado, la enfermedad puede llevar a la ceguera.
Glaucoma de baja tensión o de tensión normal
Existe un daño en el nervio óptico y en la visión lateral en personas que tienen una presión normal del ojo. Si se reduce con medicamentos la presión del ojo por lo menos en un 30 por ciento, se puede detener la enfermedad en algunas personas. En otras personas, el glaucoma puede empeorar a pesar de tener la presión baja.
Glaucoma de ángulo cerrado
El líquido en la parte delantera del ojo no puede llegar al ángulo para salir del ojo, ya que parte del iris bloquea el ángulo. Las personas con este tipo de glaucoma tienen un aumento repentino en la presión del ojo. Los síntomas incluyen un dolor severo y náuseas, así como enrojecimiento del ojo y visión borrosa.
Glaucoma congénito
Los niños nacen con un defecto en el ángulo del ojo que demora el drenaje normal del líquido. Estos niños generalmente tienen síntomas que se pueden notar fácilmente como los ojos opacos, sensibilidad a la luz y lagrimeo excesivo. Generalmente, el tratamiento que se recomienda es la cirugía convencional porque los medicamentos pueden tener efectos desconocidos en los bebés y pueden ser difíciles de administrar. La cirugía es segura y eficaz. Si se realiza la cirugía a tiempo, estos niños generalmente tienen una excelente oportunidad de tener buena visión.
Glaucoma secundario
Se pueden desarrollar como resultado de complicaciones de otros problemas médicos. Estos tipos de glaucoma a veces son asociados con la cirugía de los ojos, las cataratas avanzadas, las lesiones en los ojos, ciertos tipos de tumores del ojo o la inflamación del ojo (uveítis).
Glaucoma pigmentario
Ocurre cuando partículas del pigmento del iris se desprenden y bloquean la malla, haciendo que el líquido del ojo drene más lentamente.
Glaucoma neovascular
Es un tipo de glaucoma muy severo que está relacionado con la diabetes. Las drogas cortico esteroides que se usan para tratar las inflamaciones de los ojos y otras enfermedades pueden precipitar el glaucoma en algunas personas.
Al principio, el glaucoma de ángulo abierto no tiene síntomas. No causa dolor y la visión se mantiene normal.
Sin embargo, si el glaucoma no es atendido, las personas empiezan a notar que ya no ven como antes. Sin tratamiento, las personas con glaucoma pierden lentamente su visión lateral (periférica). Es como si estuvieran viendo a través de un túnel. Con el tiempo, la visión central (hacia al frente) también puede disminuir hasta que se pierde por completo. El glaucoma se puede desarrollar en un ojo o en ambos.
Sí. El tratamiento inmediato en la primera etapa del glaucoma de ángulo abierto puede demorar el progreso de la enfermedad. Por eso es muy importante que el glaucoma se diagnostique a tiempo.
El tratamiento para el glaucoma incluye medicamentos, cirugía láser (trabeculoplastia), cirugía convencional o una combinación de cualquiera de estos métodos. Aunque estos tratamientos pueden proteger la vista que le queda, no mejoran la vista que ya haya perdido por el glaucoma.